Derribar un monumento en el marco de una protesta social es una acción directa de inconformidad. Estas acciones reivindican y van en contra de un discurso que se nos ha impuesto.
Además, derribar monumentos llama la atención de las personas y la atención mediática. Es una acción escandalosa, pero pacífica que tiene como propósito poner a la gente a hablar, a discutir, pero sobretodo, a cuestionarse.
Derribar estatuas podría considerarse vandalismo, pero hay un mensaje más allá que termina convirtiéndose en un hecho memorable de los pueblos…
Ya sean derribadas, destruidas, pintadas o garabateadas, estas estatuas personifican una dimensión de lucha y a lo largo de los años muchos han sido derrocadas.