El apagón informático dejó al descubierto la fragilidad de la infraestructura tecnológica en nuestra vida cada vez más digital.
El apagón demostró que incluso la plataforma de una empresa enorme como Microsoft, con sus grandes recursos y su enorme inversión en una robusta seguridad de los sistemas, podía quedar sacudida por un error accidental de una actualización de software.
Y que fue un impacto catastrófico mundial, porque los computadores de Microsoft están en el centro de gran parte de nuestra infraestructura tecnológica.
El fallo afectó a 8,5 millones de dispositivos que utilizan Windows, el sistema operativo del gigante tecnológico.